La historia en fotos
Desde 1917, Correntoso es parte viva de la historia patagónica. Nació como una pequeña hostería frente al río, refugio de pioneros y pescadores con mosca, y punto de encuentro para quienes encontraron en este paisaje majestuoso algo más que un destino: una forma de vivir.
El espíritu pionero
La visión de Primo y Francisco Capraro dio origen a una tradición de hospitalidad que unió naturaleza, trabajo y comunidad. En los primeros años, el hotel fue parada obligada para aventureros, naturalistas y viajeros que cruzaban los Andes, y pronto se convirtió en un referente de la región.
Renovar sin olvidar
A comienzos del siglo XXI, la familia Laurence asumió la tarea de restaurar el edificio histórico, recuperando su valor patrimonial y proyectando su futuro con respeto y coherencia. Tal como escribió Alex Laurence al cumplirse 100 años del hotel, “honrar la historia del Correntoso significa mirar hacia adelante, dando respuestas duraderas a los nuevos tiempos.”
Un legado en movimiento
Hoy, Correntoso mantiene viva su esencia fundacional: integrar naturaleza, historia y hospitalidad con una mirada contemporánea. Cada generación que habita el Correntoso —huéspedes, colaboradores y familias locales— forma parte de una historia compartida que sigue creciendo a orillas del Nahuel Huapi.





